La Société Aéroportuaire de Lomé-Tokoin (SALT), operadora del Aeropuerto Internacional Gnassingbé Eyadéma (AIGE), ha previsto un beneficio neto de 7.760 millones de FCFA para 2023. Estas cifras, presentadas al Parlamento a finales del año pasado, representan una caída de 14,5 % frente a los 9.080 millones de FCFA registrados en 2022.
Las razones exactas de esta reducción siguen sin estar claras, ya que la dirección aún no ha aclarado si se debe a una reducción de los ingresos o a un aumento de los gastos operativos y financieros.
Esta disminución de los beneficios ha tenido como consecuencia la reducción de la dotación de la reserva legal, una provisión destinada a consolidar los fondos propios de la empresa. Ésta ha pasado de 908,9 millones de FCFA en 2023 a 776,4 millones de FCFA este año, es decir, 10 % del beneficio neto del año anterior.
A pesar de esta contracción, SALT sigue afirmándose como una empresa rentable y estratégica en las ambiciones de Togo de posicionarse como centro subregional.
En términos operativos, el tráfico de pasajeros de AIGE alcanzó los 1,4 millones en 2023, lo que supone un aumento significativo respecto a los 916.000 pasajeros de 2019. Las autoridades aspiran ahora a alcanzar un volumen de 1,5 millones de pasajeros a finales de 2025.
Para aumentar su atractivo, la AIGE también tiene previsto construir un hotel. El promotor del proyecto será nombrado en 2023, y los estudios arquitectónicos y técnicos ya han finalizado.
Este dinamismo, combinado con una gestión rigurosa, debería permitir al aeropuerto mantener su posición estratégica en la subregión de África Occidental, explorando al mismo tiempo nuevas oportunidades de crecimiento.
El equipo editorial