Bordeado por el Golfo de Guinea, Togo pretende transformar sus 50 kilómetros de costa en una auténtica palanca de crecimiento. En la 3ᵉ Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC 3), inaugurada el lunes en Niza, el país reafirmó su determinación de hacer de la economía azul un pilar central de su desarrollo sostenible.
Liderada por una delegación comprometida, la participación de Togo se inscribe en una visión estratégica presentada al más alto nivel gubernamental por el Presidente Faure Gnassingbé. El fomento de la pesca sostenible, el desarrollo de una acuicultura responsable, la protección de los ecosistemas marinos y el desarrollo del transporte marítimo son los ejes principales de esta estrategia.
El puerto autónomo de Lomé, actualmente un centro logístico clave en la subregión, encarna este potencial. Pero Togo no se detiene ahí. El país apuesta por la modernización de las técnicas pesqueras, la lucha contra la pesca ilegal, la reducción de la erosión costera y la conservación de la biodiversidad marina para reforzar la resiliencia de sus comunidades costeras.
Se han puesto en marcha proyectos piloto para apoyar esta dinámica, al tiempo que se ha reforzado el marco jurídico nacional para encuadrar mejor las actividades marítimas y luchar contra la contaminación. Togo también desea atraer inversiones en infraestructuras portuarias ecológicas, energías marinas renovables y sistemas de vigilancia de zonas protegidas.
En un contexto mundial en el que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (ODS 14) -dedicado a la vida acuática- sigue siendo uno de los menos financiados, Lomé reclama una mayor movilización de los socios internacionales. "Es imperativo que transformemos nuestras ambiciones en acciones concretas, y esto requiere un acceso equitativo a la financiación azul", subrayó un representante de la delegación togolesa en Niza.
Diplomacia azul
En la escena regional, Togo se está posicionando como un actor clave en la gobernanza marítima en África. Iniciador de la Carta de Lomé sobre Seguridad Marítima en 2016, el país persigue ahora su compromiso mediante una diplomacia azul proactiva y estructurada.
En Niza, Togo no se contenta con ocupar su lugar en el concierto de las naciones: se afirma como actor clave de la economía azul africana, decidido a hacer del océano un motor de desarrollo integrador y sostenible.