Togo se enfrenta a un déficit energético de 120 MW, con una demanda estimada de 320 MW en horas punta, frente a una producción local inferior a 200 MW.
Este déficit se compensa con las importaciones de Ghana y Nigeria, lo que pone de manifiesto la dependencia exterior del país.
Para resolver este problema, el gobierno ha puesto en marcha una estrategia centrada en diversificar las fuentes de energía y asegurar el suministro. Esto incluye la construcción de centrales renovables (hidroeléctricas y de biomasa) y térmicas, así como la reducción de las pérdidas de energía mediante infraestructuras de alta tensión. También está en marcha un plan de eficiencia energética.
La Primera Ministra, Victoire Tomegah-Dogbé, ha anunciado la creación de nueva capacidad de energía renovable, incluidos 137 MW de energía solar.
Además, los proyectos de gas natural licuado (GNL) y de almacenamiento de energía (baterías electrosolares) pretenden suplir la intermitencia de las energías renovables.
Los principales proyectos incluyen una central térmica de 250 MW, una presa hidroeléctrica de 60 MW en Tététou y varias pequeñas centrales hidroeléctricas. La financiación de estas iniciativas aún se está movilizando.
El equipo editorial
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